CASA EN PORRÚA

De todo ello, consideramos que tenemos dos elementos principales. En primer lugar, el soleamiento, ya que gran parte de la energía necesaria para calefactar la vivienda viene dada de forma natural por la radiación que nos aporta. Y en segundo lugar, las vistas hacia el paisaje circundante que determinarán la apertura de huecos en las fachadas de la vivienda.

En este proyecto, nos encontramos con una parcela situada en una ladera norte con bastante pendiente. La radiación solar que incidirá sobre ella durante el invierno será muy baja. El estudio de soleamiento realizado permite extraer ciertas informaciones de especial interés:

• durante la segunda quincena de noviembre y los meses de diciembre y enero la parcela no recibe soleamiento en ningún momento del día.
• durante la segunda quincena de octubre, primera de noviembre y el mes de febrero, la parcela recibe soleamiento durante la mañana y mediodía, hasta aproximadamente las 2 de la tarde; podemos por tanto afirmar que en esta época la radiación solar incide en la parcela desde las orientaciones sur y sureste.
• durante el mes de marzo, la parcela recibe soleamiento hasta aproximadamente las 5 de la tarde.

Con esta información, ya podemos extraer conclusiones respecto al aprovechamiento de la energía solar y tomar las decisiones más coherentes en relación con el proyecto:

Si consideramos el periodo de calefacción comprendido entre finales de octubre y principios de abril, la vivienda no tendrá ganancias térmicas durante la mitad de este tiempo, justamente durante los meses más fríos que, evidentemente, son aquellos en los que es más necesaria.
En estas condiciones, resulta fundamental limitar las pérdidas energéticas a través de la envolvente térmica.

A pesar de las limitaciones impuestas por la situación de la parcela, no podemos despreciar la radiación solar incidente ya que, al menos durante la mitad del periodo de calefacción, esta resulta aprovechable, principalmente desde las orientaciones sur y sureste, tal como se comentó en los resultados extraídos del estudio de soleamiento. La captación de esta energía es lo que termina de definir el proyecto, tanto en planta, en alzados como en su sección, que se muestra a continuación:

Por otro lado, el segundo condicionante más importante son las vistas. Se han analizado las vistas hacia el entorno natural más próximo. Una de ellas se corresponde con la vista panorámica situada al norte de la parcela, con parte del núcleo rural de Porrúa al fondo.

A continuación vemos la vista opuesta a la panorámica anterior, desde la propia parcela hacia la orientación Sur.

Composición arquitectónica:
Tomando como premisa la normativa urbanística vigente en suelo no urbanizable de núcleo rural, la vivienda extrema su adecuación estética al entorno constituido por los edificios tradicionales.

La composición de sus fachadas se adapta al diseño tradicional de la arquitectura popular asturiana. Se combinan materiales tradicionales como la piedra, la madera y el mortero de cal hidráulica. La cubierta se realiza con estructura de madera, y acabado de teja roja cerámica. Se trata de una cubierta inclinada con faldones a dos aguas y con aleros.

El volumen de la vivienda se compone de dos plantas, la planta principal a cota de camino, buscando la máxima captación solar y vistas.

La planta baja, se ubica a una cota inferior, adaptándose a la topografía de la parcela, y abriéndose principalmente hacia las vistas en orientación Norte. A pesar de tener parte de sus fachadas Sur y Oeste semienterradas, se plantea un hueco en fachada Sur, con posibilidad de salir al exterior y con el objetivo de captar radiación solar.

Estas dos plantas están comunicadas mediante una escalera abierta que permite la entrada de mayor iluminación natural a la planta baja.