CASA LA ATALAYA
La Atalaya, Cudillero
OBJETIVOS ENERGÉTICOS
Certificación bajo el estándar Passivhaus. Criterios bioclimáticos + bioconstrucción
ESTADO
Obra finalizada
2016 Casa Pasiva en proceso de certificación Passivhaus. Obra terminada. Diario de obra.
El edificio proyectado, para uso como vivienda unifamiliar, se ha diseñado según el programa de necesidades planteado por la propiedad y con el objetivo principal de realizar un edificio de consumo energético casi nulo.
Como punto de partida para la realización del proyecto, se ha hecho un estudio de la climatología local, desarrollando una serie de tablas, gráficos y diagramas que determinarán la propuesta. El objetivo es dar una solución optimizada respecto a las condiciones particulares de la parcela, a fin de conseguir una edificación que permita alcanzar un elevado nivel de confort interior con un consumo energético muy bajo.
Consideramos que tenemos tres elementos principales. En primer lugar, el soleamiento, ya que gran parte de la energía necesaria para calefactar la vivienda viene dada de forma natural por la radiación que nos aporta. Se representa la posición de este en los diferentes meses del año, al amanecer y al atardecer. En segundo lugar, el viento, ya que como se ha comentado este influye notablemente en las pérdidas energéticas de la vivienda y es una constante en invierno dada la posición de la parcela. Y en tercer lugar, las vistas al mar, situadas al norte y noreste, por lo que la apertura de huecos hacia estas resulta perjudicial a efectos energéticos, pero que constituyen algo irrenunciable si se dispone de ellas. Esto hará que se abran ventanas hacia su orientación mayores de lo habitual en una casa pasiva, lo que se ha planteado de la forma más comedida y equilibrada posible.
Una vez comentados y justificados todos los aspectos relativos a la disposición en planta y a la ubicación de la vivienda en la parcela, pasamos a analizar la propuesta en lo referente a la sección de la misma. Los objetivos, lógicamente, son los mismos: dar una solución que gracias a su diseño aumente la captación de radiación solar de la vivienda y proteja esta o lo que definimos como su envolvente térmica (el garaje no lo es), respecto a la incidencia de los vientos dominantes.
De los tres volúmenes principales que conforman la edificación, podemos decir que dos de ellos se plantean en mayor medida como barrera de protección al viento, y el tercero, que coincide con el que dispone de mejor orientación, como un captador solar. Se plantean todos ellos con la cubierta inclinada a un agua, ya que esta forma es la que cumple mejor la función para la que han sido pensados. Por un lado, en los volumenes que nos protegen de la incidencia de los vientos, la fachada más baja se corresponde con la de mayor incidencia, teniendo así una menor superficie envolvente afectada. Además, la forma de la cubierta se adapta aerodinámicamente a la dirección de estos vientos dominantes en invierno. Por otra parte, el volumen captador solar, presenta su fachada más baja hacia el norte, ajustada a la altura mínima interior exigida por normativa. Por el contrario, su fachada sur es la de mayor altura, lo que nos permitirá además abrir huecos de ventana, a través de los cuáles tendremos ganancias energéticas, a un nivel bastante alto, lo que minimizará el efecto de las sombras arrojadas por las edificaciones del entorno, que nos afectan en invierno al principio de la mañana y al final de la tarde. Aumentamos con esto el tiempo durante el cual la vivienda aprovecha la radiación solar que incide sobre esta.
Con las condiciones de diseño planteadas, se ha realizado un primer cálculo de la demanda energética de la vivienda mediante la herramienta PHPP, establecida por el Estándar Passivhaus. Para ello, junto con la definición volumétrica de la edificación, se ha tenido que plantear las características constructivas de la vivienda, a nivel de aislamiento térmico de sus cerramientos. Tomamos valores de transmitancia U de aproximadamente 0,22 W/m²K, con lo que se alcanza una demanda de consumo de calefacción de 9 kWh/m²a y una demanda de potencia de calefacción de 11 W/ m². Esto nos permitirá cubrir estas necesidades simplemente mediante una estufa de pellets, de baja potencia, situada en uno de los extremos del salón, en una posición centrada respecto al conjunto de la vivienda.